¿Existen distintos tipos de cáncer de pene?

Existen pocos tipos de cáncer de pene. Su médico puede informarle más acerca del tipo de cáncer que usted tiene.

El tipo más común se llama carcinoma de células escamosas. Este tipo de cáncer se origina en las células de la piel del pene. Este muy a menudo se origina en el prepucio o el glande (la punta del pene).

Es posible que la infección por el virus del papiloma humano aumente el riesgo de cáncer de pene.

Los factores de riesgo son elementos que incrementan la probabilidad de desarrollar una enfermedad específica. En el caso del cáncer de pene, algunos de estos factores son modificables, como el hábito tabáquico. No obstante, existen otros que están fuera del control individual, tales como la predisposición genética, el proceso natural de envejecimiento y los antecedentes familiares.

Los factores de riesgo para el cáncer de pene son los siguientes:

No estar circuncidado. La circuncisión quizás ayude a prevenir la infección por el virus del papiloma humano (VPH). Una circuncisión es una operación por la que un médico extrae una parte o todo el prepucio del pene. Muchos varones se someten a una circuncisión poco después de nacer. Los hombres que no se sometieron a una circuncisión al nacer quizás tengan más riesgo de cáncer de pene.

Tener 60 años o más.

Presentar fimosis (afección por la que el prepucio del pene no se puede mover hacia atrás sobre el glande).

Mantener una higiene personal inadecuada.

Tener muchas parejas sexuales.

Consumir productos de tabaco.

Para diagnosticar el cáncer de pene, se utilizan pruebas que examinan el pene.

En el proceso diagnóstico, además de la anamnesis detallada y la exploración física general, el equipo médico puede recurrir a los siguientes procedimientos específicos:

Inspección y palpación del pene: Un facultativo realiza un examen minucioso del órgano genital masculino, buscando anomalías visibles o palpables, como protuberancias, lesiones o alteraciones en la textura tisular.

Estudio histopatológico: Consiste en la obtención y análisis microscópico de muestras de tejido por parte de un patólogo especializado. Este procedimiento es crucial para detectar la presencia de células cancerosas. La toma de muestras puede realizarse mediante dos técnicas principales:

a) Biopsia incisional: Se extrae una porción de la lesión sospechosa o del área de tejido con apariencia anormal.

b) Biopsia excisional: Se procede a la extirpación completa de la masa o zona de tejido que presenta características atípicas.

Estas pruebas permiten un diagnóstico preciso y son fundamentales para determinar la presencia y extensión del cáncer, lo que guiará las decisiones terapéuticas subsiguientes.